Pax Hispanica
Divulgación histórica, ensayos y relatos.
lunes, 3 de junio de 2024
Cortes de Valladolid del 1351. Pedro I de Castilla
domingo, 10 de julio de 2022
El mundo griego antiguo: línea del tiempo & mapa conceptual
lunes, 1 de marzo de 2021
El Decreto de Unificación de 1937: dominar a los hotros.
Llegada la guerra a punto muy avanzado y próxima la hora victoriosa, urge ya acometer la gran tarea de la paz, cristalizando en el Estado nuevo el pensamiento y el estilo de nuestra Revolución nacional. Unidos por un pensamiento y una disciplina común, los españoles todos han de ocupar su puesto en la gran tarea. Esta unificación [...] precisa tener en cuenta que [...] Falange Española y Requetés han sido los dos exponentes auténticos del espíritu del alzamiento nacional iniciado por nuestro glorioso Ejército el diecisiete de julio. Como en otros países de régimen totalitario, la fuerza tradicional viene ahora en España a integrarse en la fuerza nueva. Falange Española aportó con su programa las masas juveniles [...] los Requetés (aportaron), junto a su ímpetu guerrero, el sagrado depósito de la tradición española [...].
Por todo lo expuesto, DISPONGO:
Artículo 1. º. Falange Española y Requetés, con sus actuales servicios y elementos, se integran bajo Mi Jefatura, en una sola entidad política de carácter nacional, que de momento se denominará Falange Española Tradicionalista y de las JONS. Esta organización, intermedia entre la Sociedad y el Estado, tiene la misión principal de comunicar al Estado el aliento del pueblo y de llevar a este el pensamiento de aquel a través de las virtudes político-morales, de servicio, jerarquía y hermandad [...] Quedan disueltas las demás organizaciones y partidos políticos.
Artículo 2. º. Serán órganos rectores de la nueva entidad política nacional el Jefe del Estado, un Secretariado o Junta Política y el Consejo Nacional.
Artículo 3. º. Quedan fundidas en una sola Milicia Nacional las de Falange Española y de Requetés, conservando sus emblemas y signos exteriores [...] La Milicia Nacional es auxiliar del Ejército. El Jefe del Estado es Jefe Supremo de la Milicia.
Dado en Salamanca a diecinueve de abril de mil novecientos treinta y siete.
Francisco Franco
El decreto de unificación fue emitido en el contexto de la Guerra Civil española, concretamente, en el segundo año de contienda. El balance estratégico del bando nacional es ya favorable en cuanto al avance de las tropas sublevadas por el territorio nacional y la inestabilidad política interna del Frente Popular. A las dificultades del Gobierno de la República para conformar un ejército popular, se unieron las disensiones del resto de partidos políticos, asociaciones y movimientos que conformaban el Frente Popular: PSOE, PC, CNT, UGT, POUM, etc.
El carlismo, por su parte, era un movimiento católico, monárquico y tradicionalista con fuerte presencia en Navarra y País Vasco; aportaron al ejército del bando nacional miles de combatientes alistados por fervor a su tradición católica y monárquica, valores muy comprometidos durante la II República.
El destino del escrito —cuyo objetivo es anunciar un decreto— es la «España sublevada», es decir, las partes del territorio nacional que ya habían sido doblegadas por el ejército sublevado, de cuyo mando era general en jefe Francisco Franco. Es difundido mediante los canales de propaganda habituales en las zonas ocupadas y controladas por cada bando, pues la propaganda era utilizada por ambas facciones.
El decreto de unificación de Falange y los requetés obedece a una cuestión de organización político-militar orquestada por Franco para controlar a las dos facciones civiles que componían el movimiento de sublevación contra la República. También sirvió un revés propagandístico en la función de exponer la sublevación como un cuerpo absoluto constituido por una masa social cohesionada y afín a los valores tradicionalistas, católicos y nacionalistas del propio bando franquista.
En 1933, durante la II República ganan las derechas de la CEDA y en 1934 se produce la insurrección de Asturias. Pues bien, los promotores fueron, entre otros, los socialistas Largo Caballero e Indalecio Prieto, y la insurrección aplacada ferozmente por un Ejército dirigido por Francisco Franco. Antes se produjeron los sucesos de Casas Viejas con enfrentamientos entre la Guardia Civil, Guardia de Asalto y anarcosindicalistas. Y desde el año 1931 ya se estaban produciendo huelgas, revueltas violentas e incidentes anticlericales, como la quema de conventos y el asesinato de clérigos. La revolución rusa de 1917 y el marxismo habían permeado en el sindicalismo español y se veía reflejado en partidos como la CNT o la UGT socialista, mayoritariamente en el norte peninsular y en Andalucía donde el sector agrario y el proletariado industrial o minero, castigado por las desfavorables condiciones de clase, fueron susceptibles de implicarse en el ideal revolucionario. La «otra» España era la compuesta por católicos, monárquicos y militares. Burguesía e intelectuales influidos por el fascismo italiano o el nacionalsocialismo alemán. O simplemente católicos de ámbitos rurales y tradicionalistas descontentos con el devenir de la II República.
En los prolegómenos de la sublevación militar del 18 de julio, es asesinado por falangistas el teniente Castillo, instructor de las milicias socialistas. Esa misma noche es secuestrado en su domicilio y asesinado el líder conservador de la oposición, Calvo Sotelo.
El hotro bando lo conformaría la gran mayoría del ejército profesional, incluida la élite del ejército en el norte de África, los sectores conservadores de la sociedad y el apoyo de Alemania e Italia.
martes, 16 de febrero de 2021
El mito del perro alano.
«Este tal Nicolás me enseñaba a mí y a otros cachorros a que, en compañía de alanos viejos, arremetiésemos a los toros y les hiciésemos presa de las orejas...»
— Miguel de Cervantes .Novelas ejemplares, El coloquio de los perros.
Como decía, quiso el antojadizo destino, que descubriera al mítico cánido en una afortunada visita al veterinario. Una recomendación, invencible, sentenció que fuera un alano el próximo perro en nuestras vidas. Ya fuera por intuición o tal vez por designio deontológico de la eminencia que regentaba la clínica y que durante tantos años obró verdaderos milagros con nuestros animalillos. Aún recuerdo que desde la temprana época en la que yo era un caballerete narcotizado por la historia y las gestas de Homero o Jenofonte, precisaba nutrir la imaginación de lances y aventuras en cada escapada de la fastidiosa monotonía; y mi tierna mirada lo contemplaba como al sanador de bestias, un auténtico albéitar de antaño medieval. Se llamaba José Luis Pazos.
Cortes de Valladolid del 1351. Pedro I de Castilla
H abría que esperar al propio tatarabuelo de Pedro I, Alfonso X «El Sabio», para ver a un rey haciendo leyes. Hasta ese momento, la legislac...